jueves, 4 de abril de 2013

XVI

Llevo realmente mucho tiempo sin publicar nuevas entradas. En este tiempo han pasado muchas cosas. Algunas muy buenas, otras terribles. Pero la vida continúa. Y hay que dejar el pasado. Aunque hace no mucho volví a encontrarme una parte de mi pasado que no debí de convertir en pasado. Y de esa parte precisamente habla este poema. Espero que disfruten mi regreso al blog.

El final
No existe modo de pararlo, todo viaje tiene un final.
Por mucho que sueñes despierto, el que sube bajará.
Crees encontrar a esa persona, perdido en ese lienzo.
Sonriéndote te mira y entonces se ha parado el tiempo.

Sueño despierto con su cara, convencido que la amaba.
Y cuando todo está bien, el corazón no está de acuerdo.
Me hundí en el calor de tus abrazos, me abriste muy adentro.
Y yo estaba convencido de que nunca acabaría lo que siento.

No importan las promesas que me haga o lo mucho que peleé.
Pensé que haría cualquier cosa por ti, y así lo deseaba
Pensé que te amaría por siempre, y te hiciste mi juguete.
Y yo también lo fui, el corazón manipuló a mi alma.

Y es que hizo lo que quiso. ¿Recuerdas cuándo latía a tu lado?
En el fondo estaba tranquilo, en calma entre tus brazos.
Pero nada dura para siempre, no podía luchar más tiempo.
Y aunque me llenó tu fuego caí en picado desde el cielo.

Al final llegó el atardecer de mis amores. Acabó el verano,
Y entre hojas de colores puse fin a este milagro.
Te llevé el frío invierno sin otoño, directo y de sorpresa
Te prometí la primavera, y mentía en mi promesa.

Como tantas otras, no he respetado ni una sola.
Te prometí toda mi vida, y que siempre sonreirías.
¿Qué no te prometí? ¿Qué en verdad te he dado?
Lágrimas amargas. Un último beso y otro abrazo.

Junto al más horrible y cruel de todos los daños
Otra promesa perdida que murió entre mis labios.
Entonces me di la vuelta y subí al autobús, y veía
Cómo echaba a perder lo mejor que me pasó en la vida.