lunes, 26 de diciembre de 2011

XI

Lamento tanto tiempo de silencio. Sé que quise intentar ir a entrada por día, pero es sencillamente superior a mis fuerzas, y a veces la inspiración me abandona.
Pero aquí tenéis otro poema, inédito :3


La nueva Generación

El sol naciente
Me ciega con su luz.
Cuál llama ardiente
Es una cruz.

La señal de un nuevo día,
El renacer de la vida.
Años ha el gallo cantaría
El silencio no existe en la ciudad.

Luces de neón entre cortinas,
Farolas que siempre iluminan.
El claxon de los coches en la vía
Un ventilador que gira y gira.

Desaría poder conocer
La paz de la soledad
Alejarme, quizá por un día
De esta abrumadora sociedad.

Vivimos en una burbuja,
Prisioneros de lo que creamos.
Esclavos, atados de manos
Y saberlo no sirve de ayuda.

Tratamos de no pensar en ella,
Nos ponemos metas, andamos caminos.
Vivimos la vida sin mucho sentido
Ahogando las penas en una botella

¿A esto hemos llegado?
¿Es este el final del ser humano?
Víctimas, sombras del pasado
Consumido tras todo lo que hemos luchado.

Y mientras tanto no reflexionamos.
Carpe diem, decían los poetas.
Saltamos al vacío
Hundidos en nuestra miseria.

Y que le den al mundo,
Que es viejo y frío.
Somos tan solo parásitos
Consumiendo lo que no es suyo.

Trata de vivir, encuentra tu camino
Sé que la vida es dura,
Y la noche excepcionalmente oscura.
Pero no podemos rendirnos.

Se ha luchado mucho estos años,
Éxito o fracaso, se ha intentado.
Somos la nueva generación,
El futuro en nuestras manos.

jueves, 8 de diciembre de 2011

X

Y una nueva entrada. Mis sueños, mis esperanzas en forma de poema. Espero que os guste, y a ver si os empieza a dar por comentar, aunque sé que me pongo muy pesadito.


Sueños
Nada puede detenerme.
Vuelto alto, soy una estrella que crece
Siempre frente al viento,
Nadando a contra corriente.

Los sueños son para cumplirlos,
Y esta vida es tan breve…
Sé que puedo conseguirlo
Triunfa quien no retrocede.

Y me espera un largo camino,
Va siendo hora de empezar a andar.
¿Acaso se lo que me espera?
Quizá la gloria, quizá el olvido.

Pero nada de esto me importa ahora.
Lo que cuenta es el momento, la música en mi cuerpo
Las baquetas en las manos, salir al escenario.
Mirar a todos aquellos rostros expectantes, sentir qué estallo

Quiero ser una estrella fugaz, voy a llegar aún más allá
Cada metro con mis botas pisar, el escenario será mi funeral.
Y me siento liberado cada vez que subo ahí arriba.
Completo, pleno y satisfecho. ¿Entendéis qué significa?

Tengo que vivirlo, mis venas piden más.
Mi cuerpo entero suda, la emoción me hace temblar.
Pero mis manos están firmes, la cabeza espera fría
Es la calma que encuentro cuándo me hundo en la tempestad.

No busco el éxito ni el dinero, solo pido el recuerdo
De mi nombre, mi figura y mi talento, del momento
Y todo lo encuentro banal al empezar a tocar,
Y la magia parece fluir de verdad.

Silencio tras un crescendo,
demuestro de un golpe lo que siento.
Un foco roto parpadea inquieto,
quizá demasiado intenso.

Y golpeo un parche, y otro y otro,
rápido, fuerte, ascendiendo.
Como un latir acelerado,
como el corazón de dos enamorados.

miércoles, 7 de diciembre de 2011

IX

Una nueva entrada, después de tanto tiempo. Este es uno de mis poemas más sinceros, desgarrados, realistas y actuales. Y sobre para quién van estas palabras, tú ya lo sabes :3

Dichoso aquel
Dichoso aquel
que no conoce el poder
de los besos de la amada
cuándo existe la distancia.

Que no habla cada noche
a un teléfono atorado
Que no acaricia el cable
soñando con sus manos.

La distancia es un cuchillo
que se clava en las entrañas.
Se retuerce por momentos
cuándo ella es tan lejana.

Dichoso aquel
que cada día la pudiese ver.
Que no cuente los minutos
para volver a acariciarla.

Cuatrocientos diez kilómetros,
los he contado uno a uno.
Cada día se hace eterno
hasta que vuelvo a recorrerlos.

Sois dichosos en vuestra ignorancia,
y pese a todo no os envidio.
No conocéis su voz susurrada,
ni su piel hecha de armiño.

El rubor de sus mejillas,
el calor de su mirada.
La perfección de sus pupilas,
el romance que no acaba.

Así que quedaos con vuestra dicha,
que yo estoy enamorado.
Y cada uno que elija,
a mi sus labios me atraparon.

jueves, 1 de diciembre de 2011

VIII

Lo admito, he estado varios días sin publicar nada. No es que me faltase la inspiración, sencillamente es que no consideraba lo que escribía apropiado para este momento, y espero tenerlo listo pronto. Pero para aliviar la espera, aquí viene otro poema. Pasional, picante y continuo, como un baile. Espero que os guste.

Bailemos
Esta noche bailaremos tú y yo,
El mundo entero será nuestro salón.
Perderé el norte, mientras la pasión se desata
Con estos ojos al mirar tu escote escarlata.

Me pierdo en tu figura, unimos nuestros dedos.
Y sujetando tu cintura te besaré con deseo.
Y un nuevo giro, te alejas y regresas.
Me tanteas, con esa sonrisa que me altera.

Y mi cara es un poema, ante la imagen que me enseñas
Te burlas, me abrazas y te acercas
A mi oído con tus labios perfumados,
Rogándome que te posea

Y sonrío, pues me sé enteramente tuyo.
No importa lo que pidas, ni un dilema se plantea
Solo te pido, te imploro que bailemos,
Pues ahora el mundo entero nos contempla.

¿Qué es este sentimiento? Tus tacones riman al compás
Y mi corazón se acelera, te trata de alcanzar.
Y los pliegues de tu falda, girando y girando cada vez más.
Ocultando esa fruta prohibida, un placer al paladar.

Tus ojos, negras pinceladas de hermosura,
De pupilas punteadas, pasión sin medida
Me juzgan picaruelos, como niños con un sueño
¿No me crees dispuesto? Adelante, juguemos con fuego.

Enlacemos nuestros cuerpos, no hay prisa en este duelo.
Sencillamente bésame, y disfrutemos del momento.
Tan intenso, como el Sol llenando el cielo
Ahora solo somos uno, y tú eres mi sustento.

Y gemimos de pasión, enlazados en un baile
Lanzamos ascendentes resoplidos guturales.
Liberados, como un par de animales.
Jamás olvidaré esta noche, mi forma de quererte.

Y cada marca de mi espalda, cada grito que profieres
es la muestra más intensa de la pasión desatada,
el vestigio de una noche que vivirá por siempre
La muesca de una espada en el fondo de mi alma.