domingo, 15 de enero de 2012

XII

Un Motivo
Llamas a mi alrededor,
me abrasan con su calor.
El viento frío azota mi cara,
trae recuerdos y esperanzas.

Busco una salida
hundido en el barro.
Mil voces me conminan,
me encuentro atrapado.

Miro al cielo
buscando respuesta.
Me responde una risa
sin vida, vacía y hueca.

Sé que me contemplas,
seas quien seas.
No temo a tus designios.
Superaré cada prueba.

Y sonrío a mis adentros.
No tengo miedo, ¿Debería?
He llegado ya muy lejos,
¿Quién lo diría?

Perdido en este laberinto.
desandando mi vida.
Cada paso es un martirio,
me acerco al fin a la salida.

Rumbo hacia el infierno,
mi objetivo es ese fuego.
Camino medio muerto
guiándome el acierto.

Tuve suerte muchas veces,
sé que eso me ayudó.
Ahora tengo la experiencia.
No rehuiré el dolor.

Como el agua me purifica,
me recuerda aquellas cosas
que no debo olvidar. Que la vida
tarde o temprano se termina.

¿Por qué iba a detenerme
a descansar en el camino?
Tendré tiempo cuando muera
sentado viendo lo que he sido.

Pleno, satisfecho,
con un legado siempre vivo
que me conceda un sentido
y me recuerde con cariño.

Al fin y al cabo
si nada es eterno
quizá si lo sean
al menos esos sueños.

Que siempre quise realizar,
que fueron mi camino a andar.
Eso es todo lo que pido:
sencillamente, un motivo.

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