martes, 22 de noviembre de 2011

II

Este poema va por ti. Por todo aquello que me evocas, por como haces que me sienta, y por los sentimientos que provocas. Ya te lo he dicho, eres mi musa.


Tu aroma

Ven aquí, no te aceleres.
Siéntate a mi lado, ¿Quieres?
He estado tantos años
esperando oír tus pasos,
soñando con tus manos,
que ya solo puedo pensar
en tenerte entre mis brazos,
escucharte respirar.

Acércate un poco más, no voy a comerte.
Pero mis labios tienen sed, y me hace falta ese ingrediente.
Tranquila, son suaves y mi lengua no es serpiente.
Y no temas, esta vez lo haremos a tu manera.

Pero acércate un poco más, necesito olerte.
No me importa si te has lavado, descuida.
No busco de perfume sino lo que tu destilas
¿Y sabes? Me está gustando conocerte.

Hueles como el chocolate negro, a versos y a futuro.
A la lluvia mojada, a las nubes cargadas.
Hueles a sueños, crees en ellos.
Pero son ajenos, ¿Y los tuyos?

No puedes ocultarlos, ni tanto ni tan calvo.
Oye, me gusta el olor de tu sonrisa.
Se clava en mis pulmones como un dardo.
¿Y sabes? Ahora querría hacerla mía.

Tranquila, no te sofoques. Tu corazón late tan fuerte…
¿Es por mí, acaso me temes? O temes que no esté
para decirte lo que sientes. Ni tú lo sabes, más no corras.
Tenemos la vida entera para descifrarte cada aroma.

No hay comentarios:

Publicar un comentario